Hablemos de mi celular: el Galaxy S20 Ultra de 256 GB costaba 4’800.000 en las tiendas autorizadas a finales de 2020. Eso me parecía carísimo.
A comienzos de 2023, el precio del modelo equivalente, el Galaxy S23 Ultra de 256 GB, es de 7’000.000 pesos. Esto representa un incremento de 45,83 %.
Si nos vamos un poco más atrás en el tiempo, un Galaxy Note 9 rondaba los 2’900.000 pesos en diciembre de 2018. El S23 Ultra cuesta, por ende, 150 % más. ¡150 % más!
En este artículo exploraré las diferentes causas detrás de este incremento no solo en modelos de Samsung sino en otros, como el iPhone. Hay motivos técnicos y motivos estratégicos.
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1. La crisis de los semiconductores
Desde 2020, el mundo vive una escasez de semiconductores. La cadena de suministros ya tenía problemas para satisfacer la creciente demanda de dispositivos electrónicos antes de 2020, pero la llegada de la pandemia del COVID-19 profundizó el problema por dos motivos: “el parón alteró la cadena de suministros y los procesos logísticos y la demanda de computadores aumentó en 13 % porque la mayor parte del mercado laboral pasó a trabajar desde sus hogares”, explica el portal Supplychaindigital.com.
A las situaciones mencionadas se sumó la guerra comercial entre Estados Unidos y China a finales de 2020. En esa época, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos impuso restricciones al productor más grande de microchips de China, semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC). Las restricciones dificultaron que SMIC pudiera vender chips a empresas de que mantuvieran relaciones Estados Unidos.
Casi todas las empresas del planeta mantienen algún grado de relación con compañías americanas, incluso Samsung. La firma coreana fabrica la mayoría de las piezas de sus teléfonos, pero los procesadores Qualcomm, usados en ciertos mercados, son de origen americano. Y, por supuesto, Android es de Google, un gigante de Silicon Valley.
La pandemia siguió azotando los mercados en 2021 y las criptomonedas vivieron un periodo de gracia donde el valor de una ‘bitcoin’ coqueteó con los 70.000 dólares por unidad. ¿El resultado? Mayor demanda de computadores, y por ende, de chips. ¿Por qué? Porque las criptomonedas surgen a partir de complejos procesos matemáticos ejecutados por computadores de alto rendimiento. Lo que llamamos ‘minado’ de criptomonedas se logra poniendo a los computadores a trabajar al máximo nivel por meses, incluso años.
Por si fuera poco, en el verano de 2021, Taiwan, país líder de producción de microprocesadores sufrió una terrible sequía. Esto derivó en que no hubiera suficiente agua de alta pureza para limpiar las obleas electrónicas donde se fabrican los microprocesadores.
Cuando el escenario ya pintaba mal, llegó la guerra entre Rusia y Ucrania y se terminó de complicar el entuerto. El 90 % de los insumos de neón en el mundo provienen de Ucrania y ese material es usado para fabricar los láseres que cortan los microchips. Además, el 35 % del paladio proviene de Rusia.
El paladio es usado en sensores, memorias, equipos de transmisión de señal presentes en teléfonos y computadores. Según Applied Materials Inc, el principal proveedor de equipos para el sector de los semiconductores, se estima que entre 2020 y 2025 el precio de los semiconductores subirá 50 % y la demanda se incrementará en 37 %.
Sí, querido lector, la guerra de Ucrania y Rusia afectó hasta el precio de tu celular.
2. La inflación
Entre 2018 y la actualidad, solo en Colombia se ha visto una inflación acumulada de 31,22 puntos de los cuales 13,12 puntos corresponden al año pasado.
En Estados Unidos la situación no es disímil: entre 2018 y 2022 la inflación acumulada ha sido de 18,16 puntos.
“Lo que hizo que el año 2022 fuera tan inusual fue la amplitud de las presiones de precios. La tasa de inflación mundial terminará el año en alrededor del 9 %. Para muchos países en desarrollo, la inflación alta es un desafío recurrente, pero la última vez que la inflación estuvo tan elevada en países ricos fue a principios de 1980″, señalaba un artículo de The Economist en diciembre de 2022.
En Estados Unidos, los precios al consumidor aumentaron 8 % en 2022, el valor más alto en cuatro décadas. En Alemania, la tasa fue de 8,6%, su peor registro desde 1951, cuando cerró en 7,6 %.
“Los factores comunes que impulsaron la inflación en todas partes son los costos elevados de combustible y alimentos. Los precios de muchos bienes de consumo ya estaban en aumento al comienzo de 2022 debido al impacto persistente de COVID-19 en las cadenas de suministro. La invasión de Rusia a Ucrania en febrero resultó aún más disruptiva. El costo del petróleo subió un tercio a medida que los países occidentales impusieron sanciones a Rusia, un importante productor de crudo”, añade The Economist.
Un mayor costo en el combustible tiene impacto en la cadena de suministro y en el transporte de todo tipo de bienes, entre ellos los teléfonos inteligentes. En 2023 el panorama luce mejor y las cadenas de suministro han empezado a volver a la normalidad, pero el coletazo de lo ocurrido en 2022 sin duda contribuye a ver celulares a precios disparatados.
3. El dólar en Colombia y en otros países
En 2018, el dólar inició el año en 2.984 pesos. Cinco años después, el 2 de enero de 2023 el dólar cerró en 4.848 pesos, es decir 62,48 % más.
En efecto, si el dólar siguiera costando 2.984 pesos, el Galaxy S23 Ultra de 128 GB, cuyo valor sugerido es de 1.300 dólares en Estados Unidos, tendría un costo por conversión directa de 3’887.200 pesos.
Si le sumamos los costos de importación su valor se incrementaría un 20 %, es decir alcanzaría los 4’665.640 pesos. Este valor sería casi el mismo que ostentaba el Galaxy S20 Ultra hace dos años. De ello se infiere que la devaluación del peso colombiano es uno de los factores con mayor incidencia en el valor final del teléfono.
4. Los envíos de ‘smartphones’ cayeron
Los tres factores ya mencionados han ejercido una fuerte presión en los precios finales de los celulares inteligentes, incluyendo la familia Galaxy S23, y a todo ello le debemos sumar que la industria de los ‘smartphones’ cerró, en 2022, su peor año desde 2013.
En el cuarto trimestre del año 2022, los envíos de teléfonos inteligentes a nivel mundial disminuyeron un 18,3 % con respecto al año anterior, indicó un informe presentado por la International Data Corporation (IDC) el 25 de enero de 2023, alcanzando un total de 300,3 millones de unidades.
Este declive ha sido el más grande en un solo trimestre y ha llevado a una disminución del 11,3% en el envío total de ‘smartphones’ en el año 2022, que ha sido de 1,21 mil millones de unidades. Ha sido el peor año para la industria desde 2013 debido a la disminución de la demanda de los consumidores, la inflación y las incertidumbres económicas. La recuperación prevista para 2023, del 2,8 %, no es segura.
Según Nabila Popal, directora de investigación en el equipo Worldwide Tracker de IDC, “los consumidores están esperando hasta 40 meses para cambiar sus teléfonos en la mayoría de mercados principales, es decir, casi 3 años y medio”.
Esto deriva en un resultado lógico: si el mercado compra menos, las empresas deben vender más caro para mantener sus márgenes de ganancias y no entrar en pérdidas.
Esto responde, también, a la falta de innovaciones en el sector lo que deriva en menor motivación para que los usuarios actualicen sus terminales.
5. Aumento en los precios de todos los componentes y la manufactura
El costo de todos los componentes de los teléfonos, conocido como el ‘bill of materials’ (BOM), también está aumentando constantemente, no solo en el apartado de semiconductores sino en todos los demás: ensamblaje, cámaras, pruebas de calidad, materiales de soporte, memoria RAM, conectividad, batería, sistemas de audio, vidrio, pantallas, bocinas, etc.
Aunque parezca un detalle menor, la inclusión de mejores cámaras delanteras y traseras puede incrementar el precio del teléfono entre 5 y 10 %. Y la mayoría de los presidentes de compañías manufactureras planean seguir aumentando sus precios en 2023.
En una reciente encuesta de Forbes, Xometry y Zogby, el 87 % de los presidentes de compañías manufactureras dijeron que aumentarían los precios en 2023.
La encuesta fue realizada a finales de agosto e involucró a 150 directivos del sector. Se determinó que casi la mitad de las empresas (45 %) habían trasladado los costos inflacionarios a los clientes en 2022, mientras que el 38% dijo que se había abstenido de hacerlo y el 17% dijo que sus empresas habían absorbido el golpe financiero.
Debido a la alta inflación, la mayoría de los funcionarios encuestados (80 %) dijeron que habían aumentado sus precios entre un 5 % y un 15 % en 2022. Otro 12 % declaró haber aumentado los precios entre un 15 % y un 20 % el año pasado.
En conclusión
La crisis de los semiconductores, el precio del dólar, la inflación, las dinámicas del mercado y las ventas en caída libre de la industria de los teléfonos inteligentes derivan en que no solo los Galaxy S23 sino todos los celulares tengan un precio extraordinariamente elevado en 2023.
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