La bolsa de valores de Estados Unidos está experimentando un momento crítico en marzo de 2025, con caídas sustanciales que han despertado temores de una posible recesión. Lo que comenzó como una semana difícil se ha convertido en lo que algunos analistas describen como un “lunes negro” para Wall Street, con los principales índices bursátiles mostrando descensos significativos que no se veían desde 2022. Esta situación ha encendido alarmas entre inversores y economistas a nivel mundial, quienes observan con preocupación las políticas comerciales de la administración Trump y sus potenciales efectos en la economía global.
“Ha sido un día devastador en Wall Street, con caídas generalizadas en todos los sectores”, comentó Erin Del, corresponsal de finanzas en América del Norte para BBC News. Los índices más importantes del mercado estadounidense cerraron con pérdidas considerables: el Nasdaq se desplomó un 4%, marcando su peor jornada desde 2022, mientras que el S&P 500 cayó un 2,69% y el Dow Jones retrocedió un 2,08%.
Según los informes de Xataka, en los últimos dos meses tanto el índice S&P 500 como el segmento de las criptodivisas han visto cómo 5,5 billones de dólares se han evaporado. “La mayor parte de esas pérdidas se han producido en el último mes, y por ejemplo el NASDAQ está a tan solo un 8% de caída de entrar en un mercado bajista por primera vez desde 2022”, señalan los analistas de este medio. Estos datos revelan la magnitud de la crisis que atraviesa actualmente el mercado financiero estadounidense, cuyas repercusiones se están sintiendo a nivel global.
Las “siete magníficas” en caída libre
Las grandes empresas tecnológicas, conocidas como las “siete magníficas”, han sido particularmente afectadas por esta situación. Estas compañías, que habían sido el motor del crecimiento bursátil en los últimos años, ahora experimentan una corrección severa que preocupa a los inversores y podría tener consecuencias en el panorama tecnológico global.
Cinco Días reporta que Tesla lidera las caídas con un impresionante descenso del 15,4%, seguida por Apple con un 4,8%, Alphabet (Google) con un 4,4%, Nvidia con un 5%, Microsoft con un 3,3% y Amazon con un 2,4%. De acuerdo con CNBC, “estas empresas perdieron 750.000 millones de dólares el lunes: fue el peor día del Nasdaq desde 2022”. Las acciones de estas compañías están ahora un 14% por debajo de sus valores máximos recientes, lo que representa una corrección significativa en términos bursátiles.
El caso de Tesla es particularmente llamativo, ya que su caída está relacionada tanto con la incertidumbre general del mercado como con preocupaciones específicas sobre los planes arancelarios de Trump. Estos podrían tener un impacto significativo en Canadá y México, países clave para las piezas de automóviles. “Un incremento en los aranceles podría elevar los costos de producción y precios en este y otros sectores”, señalan expertos consultados por BBC Mundo.
Este fenómeno representa un cambio radical en las tendencias de inversión que habían dominado el mercado en los últimos años. El sector tecnológico, que fue impulsado por la euforia de la inteligencia artificial, es ahora el principal perjudicado en este nuevo panorama económico. Los inversores están reconsiderando sus estrategias y diversificando sus carteras ante la incertidumbre generada por las políticas comerciales y fiscales de la actual administración estadounidense.
Causas detrás del desplome
La caída de los mercados no es producto de un factor aislado, sino de una combinación de elementos que han generado incertidumbre entre los inversores. Las recientes declaraciones del presidente Donald Trump han sido señaladas como un catalizador importante de la situación actual, generando preocupación entre analistas e inversores sobre el futuro de la economía estadounidense.
En una entrevista con Fox News, Trump evitó responder directamente si la economía del país enfrenta una recesión o un aumento de precios debido a sus políticas arancelarias. En su lugar, mencionó que Estados Unidos está en un “período de transición”, lo que fue interpretado por muchos analistas e inversores como una señal de posible inestabilidad económica. Esta ambigüedad en su discurso ha contribuido a aumentar la volatilidad en los mercados.
“El miedo al deterioro de la economía estadounidense está provocando fuertes pérdidas en las Bolsas mundiales”, reporta El País. Las últimas cifras económicas, que reflejan un freno en la creación de empleo y un deterioro de la confianza en el consumo, además del impacto de los aranceles, están llevando a ventas masivas por parte de los inversores en un intento por proteger sus activos.
Enguerrand Artaz, estratega de La Financière de l’Echiquier, ofrece un análisis esclarecedor: “La excepcionalidad estadounidense que brillaba desde hace dos años, y que el consenso había imaginado que se mantendría, se tambalea. El crecimiento de Estados Unidos debería ralentizarse con fuerza, al menos en el primer trimestre, lastrado por el hundimiento de la balanza comercial, provocado a su vez por el acusado incremento de las importaciones en previsión del aumento de los aranceles”. Esta perspectiva refleja la preocupación creciente en los círculos financieros sobre una posible desaceleración económica más severa de lo anticipado.
La agresiva política arancelaria implementada por la administración Trump ha sido señalada como uno de los principales factores de preocupación. Los aranceles chinos a productos agrícolas estadounidenses entraron en vigor recientemente, y Canadá ha declarado que mantendría medidas de reciprocidad contra Estados Unidos. Esta situación ha llevado a temores de una posible guerra comercial que podría afectar negativamente el crecimiento económico global, especialmente en un momento en que la recuperación pospandemia aún se está consolidando en muchas regiones del mundo.
Impacto global y reacciones del mercado
La caída de Wall Street ha tenido un efecto dominó en los mercados globales, evidenciando la interconexión de las economías en el sistema financiero actual. En Europa, los principales índices también han experimentado pérdidas significativas, reflejando la preocupación global por la situación en Estados Unidos.
Según Infobae, “los mercados bursátiles cayeron el lunes, con las acciones tecnológicas liderando la caída, ya que los inversores se preocuparon por el riesgo de que las políticas comerciales del presidente estadounidense, Donald Trump, puedan empujar a Estados Unidos a una recesión”. Esta preocupación se ha extendido más allá de las fronteras estadounidenses, afectando a mercados en todos los continentes.
En Europa, el Ibex español se dejó un 1,32% y estuvo cerca de perder los 13.000 puntos. Junto con el Dax alemán (-1,69%), fueron los índices más perjudicados de la zona, mientras que el Cac francés y el Mib italiano retrocedieron un 0,9%. El sector bancario fue uno de los más afectados, con Santander perdiendo un 4,37% y BBVA un 3%. Estos datos muestran que la preocupación no se limita a un sector específico, sino que está afectando a diversos ámbitos de la economía.
Un indicador clave de la incertidumbre actual es el VIX, conocido como el medidor del miedo de los inversores, que subió un 19,2% al cierre de los mercados. Este índice, que mide la volatilidad esperada del mercado en los próximos 30 días, es usado como un indicador de riesgo. Cuando sube mucho, como en este caso, los inversores esperan mucha incertidumbre y caídas en las Bolsas, lo que generalmente lleva a decisiones más conservadoras y una reducción en la inversión.
A pesar de la situación, el presidente Trump ha minimizado el impacto de sus políticas en los mercados. Durante una reunión con la asociación Mesa Redonda Empresarial, el presidente aseguró que sus aranceles han tenido un impacto “tremendamente positivo”. “Tenemos empresas automovilísticas que ya no fabrican en México, ahora fabrican en Estados Unidos. En algunos casos, la fabricación ya había comenzado y la pararon para llevarla a Estados Unidos”, declaró Trump según N+. Esta disonancia entre la retórica presidencial y la realidad de los mercados ha generado aún más incertidumbre entre inversores y analistas.
Perspectivas y pronósticos
Los analistas tienen opiniones divididas sobre el futuro inmediato del mercado. Algunos ven esta corrección como temporal, mientras que otros advierten sobre riesgos más serios para la economía estadounidense, generando un debate sobre las posibles trayectorias económicas en los próximos meses.
Michael Wilson, estratega de Morgan Stanley, ha advertido que el S&P 500 podría caer un 5% adicional debido a los efectos de los aranceles en los beneficios empresariales y a un posible recorte en el gasto fiscal. Wilson, reconocido como una de las voces más pesimistas para las acciones a mediados de 2024, anticipa que el S&P 500 podría alcanzar un mínimo de aproximadamente 5.500 puntos en la primera mitad del año, antes de recuperarse hasta 6.000 a fin de año. Su proyección implica un camino volátil en los próximos meses.
El estratega también advirtió que el índice podría caer un 20% ante la posibilidad de una recesión. “Aún no hemos llegado a ese punto, pero las circunstancias pueden cambiar rápidamente, lo que hace importante conocer los riesgos de un escenario bajista y gestionar el riesgo”, añadió Wilson. Esta perspectiva cautelosa refleja la preocupación de que las condiciones económicas actuales podrían deteriorarse más rápidamente de lo esperado.
No todas las perspectivas son tan pesimistas. El analista técnico José Cava indicó que “se han alcanzado niveles de temor similares a los observados durante la crisis financiera de 2008-2009. Sin embargo, la economía estadounidense no se encuentra en la misma situación que en esa crisis. Por lo tanto, este miedo es desproporcionado”. Esta visión más optimista se basa en los fundamentos subyacentes de la economía, que según algunos analistas siguen siendo relativamente sólidos a pesar de las turbulencias actuales.
Cava argumenta que “la economía de Estados Unidos está en crecimiento, aunque se está desacelerando. Esto se conoce como un ‘aterrizaje suave’. Además, las condiciones monetarias se están relajando y la productividad en EE. UU. está en aumento. La economía americana sigue siendo robusta, la productividad está en ascenso y lo que necesitamos es que Trump disminuya los niveles de incertidumbre”. Esta perspectiva sugiere que con una mayor claridad en las políticas económicas y comerciales, los mercados podrían estabilizarse y recuperar parte de las pérdidas recientes.
La desaceleración de la economía estadounidense, los aranceles en ciernes y la incertidumbre regulatoria están impulsando a los inversores a diversificarse más allá de las costas estadounidenses. “Mientras Wall Street reevalúa sus perspectivas, los mercados internacionales despiertan un renovado interés. Los valores tecnológicos europeos y chinos, eclipsados durante mucho tiempo por el frenesí de la IA en Estados Unidos, se perfilan ahora como alternativas atractivas”, apuntan desde Mirabaud según lo reportado por El País. Esta tendencia hacia la diversificación geográfica podría representar un cambio significativo en los flujos de inversión global en los próximos meses.
Hay decepción con Trump
En este contexto de incertidumbre, los inversores están optando por refugios seguros. Los rendimientos de la deuda pública han bajado, con descensos de hasta siete puntos en el caso de la deuda de EE.UU. a 10 años, hasta el 4,233%. En Europa, los descensos rondan los dos puntos básicos. Este movimiento hacia activos considerados más seguros es típico en períodos de alta volatilidad e incertidumbre, cuando los inversores buscan proteger su capital a expensas de potenciales rendimientos más altos.
La situación actual representa un profundo cambio en el sentimiento inversor. Los mercados entraron en 2025 con la convicción de que una economía estadounidense bajo las políticas de Donald Trump traerían volatilidad, pero también impulsarían la euforia que había dominado las Bolsas en los últimos dos años. Sin embargo, apenas dos meses después de que Trump asumiera el cargo, esas esperanzas se han diluido, y los inversores están reconsiderando sus expectativas a la luz de las realidades económicas y políticas actuales.
El impacto de esta situación en la economía real aún está por verse. Si bien las caídas en el mercado de valores son significativas, no necesariamente implican una recesión inminente. Sin embargo, el aumento de la incertidumbre y la volatilidad podría afectar la confianza de consumidores y empresas, lo que a su vez podría tener un impacto en el gasto y la inversión, elementos fundamentales para el crecimiento económico.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar si esta corrección del mercado es temporal o el comienzo de una tendencia bajista más prolongada. Los inversores estarán atentos a los datos económicos, las declaraciones de la Reserva Federal y, especialmente, a cualquier señal de la administración Trump sobre sus políticas comerciales y fiscales. Mientras tanto, los expertos recomiendan a los inversores mantener la calma y adoptar una visión a largo plazo, considerando que las caídas del mercado, aunque dolorosas a corto plazo, pueden presentar oportunidades de compra para aquellos con un horizonte de inversión más extenso.
