El primer capítulo de la serie de The Last of Us, en HBO Max, me sorprendió por su fidelidad al videojuego, pero me decepcionó por su ritmo lento.
En la reseña al primer capítulo señalaba que, tal vez, la calma era el preludio de la tormenta. Así ha resultado ser. El segundo capítulo mejora con creces lo visto en el primero.
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Este segundo episodio comienza con una escena de veinte años atrás donde nos muestran a una doctora analizando a uno de los primeros infectados.
Este tipo de registros históricos, de secuencias relativas a los antecedentes del presente narrado en la serie, añaden profundidad a la historia de The Last of Us y le brindan detalles que no llegamos a ver quienes jugamos el videojuego.
La situación recuerda a cuando los primeros doctores alertaban sobre las implicaciones del COVID-19 a comienzos de 2020. Tras haber vivido una verdadera pandemia, este tipo de escenas resultan familiares y, por ende, más estremecedoras.
Joel y Ellie en el mundo exterior
En este segundo capítulo vemos a Joel (Pedro Pascal) empezando a recorrer el mundo exterior en compañía de Tess (Anna Torv) y de Ellie Williams (Bella Ramsey).
El episodio se siente como una reconstrucción fiel de los primeros pasajes del videojuego. Sin duda nos encontramos ante una de las mejores adaptaciones que se haya hecho de un título jugable. Las locaciones reproducen con mimo lo visto en The Last of Us en 2013.
La acción en pantalla, así mismo, logra transmitir el desasosiego, el terror y el suspenso que caracterizan a The Last of Us.
Las situaciones te mantienen aferrado al asiento y las actuaciones son sublimes: Ellie es tan arrogante y revoltosa como siempre ha sido. Joel es frío y calculador. Tess se debate entre la desesperación y el espíritu férreo que la caracterizan.
Los monstruos son tal como los vimos en nuestras pantallas en 2013: rápidos, violentos y aterradores. Los 52 minutos de “Infected” (el título con el que bautizaron esta entrega) transcurren en un santiamén.
Ellie intenta mantener su actitud vehemente al comienzo de la aventura, pero se empiezan a ver fisuras en su armadura con el pasar de los minutos, se comienzan a dibujar el miedo y la perplejidad en sus ojos.
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El capítulo nos muestra escenas extraordinarias de suspenso y horror en el museo. Cada capítulo costó un promedio de 10 millones de dólares y el nivel de detalle del diseño de producción hace honor a dicha cifra.
“Infected” termina con la muerte de un personaje relevante.
Esta muerte marca una diferencia significativa con respecto al videojuego pero le añade drama al producto televisivo.
Cabe esperar giros similares en futuros capítulos para lograr mantener cautiva a la audiencia y mantener el interés en la historia porque no es lo mismo ser un mero observador del relato, como ocurre con un producto televisivo, a ser el protagonista, como ocurre cuando asumes las riendas de los personajes en el juego.
En conclusión
El segundo capítulo de The Last of Us es una excelente pieza de televisión: ofrece suspenso, terror y tensión. Este capítulo promete que la serie apenas está despegando y se viene lo mejor en las próximas semanas.
¿Qué les pareció este segundo capítulo?