RRR le arrebató el premio de mejor película extranjera a Argentina 1985 en los Critics Choice Awards y despertó inusitado interés. La película, del director S.S. Rajamouli, pretende ser de drama, pero sus efectos rimbombantes, su uso infinito de la cámara lenta y sus efectos especiales premeditadamente irreales la convierten en una comedia (al menos para los occidentales).
Como comedia, el filme protagonizado por los actores Ram Charan (quien interpreta a Rama Raju, un policía de la realeza británica) y Rama Rao (Komaram Bheem, un legendario guerrero de la tribu Gond), cumple con creces.
Desde el primer momento, las escenas de acción son, desde cierto punto de vista, una explosión de emociones, pero también una hipérbole: se acude a un juego de cámara ultra rápida con ultra lenta. Como resultado, todo luce exageradísimo.
En ocasiones veremos a los protagonistas corriendo a velocidad de rayo, con un resultado visual digno de un filme de Chaplin, y después, cuando se involucran en una colosal batalla, digna de Dragon Ball Z, cada puño se escenifica en cámara lenta.
Los animales también son protagonistas. Hay tigres, gacelas, lobos y otras criaturas. Todas lucen como pobres animaciones en CGI. Al parecer es un resultado estético premeditado: es parte de la comedia.
RRR, cuyo nombre hace alusión a las palabras Rise, Roar, Revolt (Levántate, Ruge y Rebélate), maneja una estética visual brillante, sobreexpuesta, y cada diálogo luce sobreactuado e impropio de un tiempo donde en Hollywood reina el hiperrealismo. Quizá, por ello, RRR es bien recibida.
Es un producto que rinde homenaje a las posibilidades infinitas que ofrece el cine para escenificar fantasías con toda la majestuosidad y grandilocuencias posibles.
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Una trama cursi y simple
La trama es simple: Bheem debe rescatar a una niña que fue robada por Catherine (una inglesa despiada) de la tribu Gond. Por su parte, Rama Raju debe capturar a Bheem e impedir que recupere a la infanta.
Por azares del destino Rama Raju y Bheem se topan en la calle y se convierten en los mejores amigos tras ejecutar un rescate épico en equipo. Es una de las escenas más hilarantes y ridículas de la película, incluso se ha convertido en meme de TikTok.
En ese momento, ambos desconocen sus respectivas identidades y ello suma drama ‘telenovelesco’ al relato.
La amistad entre Bheem y Raju da lugar a escenas de profundo afecto más propias de un romance amoroso que de una amistad. Incluso, en esa faceta, la película exagera y rompe esquemas.
Lo cierto es que, como cabría esperar, en algún punto de las 3 horas de película, Bheem y Raju descubren sus verdaderas identidades.
A partir de ese punto, las escenas de acción ganan en frenesí. Y se puede volver agotador. Tras 2 horas de película dan ganas de parar. Los recursos visuales ya no causan la misma gracia ni el mismo impacto. Ya no hay novedad y se vuelve tedioso.
La mayor falla de RRR es su duración. Tres horas es demasiado. Al menos lo fue para mí. Su historia es simple y sin profundidad. Al final la cursilería se vuelve intolerable. No deja de ser una película diferente, graciosa, un espectáculo visual y una aproximación distinta al séptimo arte. Para muchos, y tal vez así lo sea para ti, “fueron las mejores 3 horas de sus vidas”.
RRR costó 72 millones dólares y ya ha recaudado 150 millones en todo el mundo. Es la película de Bollywood más cara que se ha hecho. Es una demostración de por qué, en la India, uno de los términos más buscados en 2022 fue “Cómo volverme director de cine”. Parece ser que ser director de Bollywood es uno de los trabajos más divertidos del mundo.
Tras ganar en los Critics Choice Awards, RRR se perfila como candidata al Óscar. Resta ver si este homenaje al ridículo y la acción desenfrenada convence a los jurados. ¡Por cierto, la película está en Netflix!
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