The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom (TOTK) ha sido aclamado por la crítica y por los ‘gamers’ por diversas razones: es un título que logra superar a su predecesor, Breath of the Wild (BOTW), y se constituye como uno de los juegos más amplios, en opciones y contenido, hechos en la historia.
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¿Eso implica que es un juego perfecto? Depende de tu estilo de juego y de tus intereses. Al igual que Breath of the Wild, no considero que Tears of the Kingdom sea un título idóneo para cualquier tipo de jugador. En esta ocasión, el mapa de Hyrule es aún más grande. Para algunos, ello constituye una fortaleza porque así se amplían los parajes donde podemos vivir aventuras.
Sin embargo, para quienes prefieren una experiencia más lineal, la vastedad del reino se convierte en un inconveniente porque resulta abrumador. TOTK es un título que busca que el principal objetivo sea explorar, descubrir y recolectar recursos. Demandará mucho tiempo de tu parte. Si estás acostumbrado a conquistar un juego en máximo 10 o 20 horas, con Zelda debes prepararte para un proceso de largo aliento.
Tears of the Kingdom puede extenderse hasta las 200 horas. En 30 horas posiblemente no hayas completado ni un tercio de los retos propuestos. La comunidad ‘gamer’ suele aplaudir este tipo de aproximación. No está mal ser exigentes y pedir que la experiencia de juego sea extensa y robusta cuando estamos pagando 70 dólares. No obstante, no todo el mundo tiene tiempo para sentarse frente a la pantalla por días.
Si te gustan los juegos largos, Zelda es para ti, no lo dudes. Si prefieres una experiencia corta, TOTK no es la mejor opción. Esta segunda entrega de la saga en Nintendo Switch amplía, y con gran diferencia, el mapa de Hyrule. Ahora hay numerosas cuevas -o mazmorras-, hay muchas más misiones secundarias y una historia más elaborada.
Y al mapa principal se le suma el del subsuelo. Se puede decir que coexisten tres mundos: el superficial, el subterráneo y las islas de los cielos. La adición en contenido en TOTK es colosal. ¿Eso significa que es un juego totalmente nuevo? No. Las mecánicas propuestas siguen siendo, en esencia, las mismas que ya vimos en Breath of the Wild. Concuerdo con la parte de la comunidad que afirma que Tears of the Kingdom es la versión mejorada de la primera entrega, pero también es menos innovadora.
Es una versión mejorada de Breath of the Wild
Aunque Tears of the Kingdom tiene la capacidad de sorprenderte y de ofrecerte una historia emocionante, por momentos sentirás que estás haciendo lo mismo de nuevo. Como si te estuvieras comiendo un helado de vainilla pero, en esta ocasión, le echas cobertura de chocolate. Sabe diferente, sabe mejor, pero en su esencia es igual a su antecesor.
Eso le resta brillo a Tears of the Kingdom. Es una mejor experiencia, pero no es única como la anterior. En Breath of the Wild hubo una reinvención significativa de las mecánicas, una reconceptualización de Zelda para convertirlo en un mundo abierto y libre. Aquel fue un Zelda diferente y un concepto de juego único. No en vano, se llevó todos los premios y fue el mejor título de 2017. Marcó un antes y un después.
Por supuesto, seis años después resulta fácil olvidar el impacto que generó Breath of the Wild y es sencillo dejarse llevar por la ola de entusiasmo de Tears of the Kingdom. Esto no implica que, objetivamente, Tears of the Kingdom sea un mejor juego desde la perspectiva de su relevancia histórica.
Aunque muchos recomendarán Tears of the Kingdom por ser un juego más completo, no se puede olvidar a Breath of Wild porque fue el que reinventó la rueda.
Hay más ‘guion’ e historia en Tears of the Kingdom, pero no es de una profundidad significativa. Sin duda es mejor a la de Breath of the Wild porque en esa ocasión la historia fue casi inexistente, pero tampoco se encuentra a la altura de juegos con elevada complejidad narrativa como Star Wars: Jedi Survivor o cualquier Resident Evil que se te cruce por la mente.
Los juegos de Nintendo son más de vivir una experiencia y la historia, una vez más, resulta secundaria y poco profunda.
Las nuevas habilidades de Link
En Tears of the Kingdom se innova sobre la base de Breath of the Wild. El juego introduce nuevas habilidades, como Infiltrar (para atravesar muros desde abajo hacía arriba), Retroceso (para cambiar el sentido en que se están moviendo ciertos objetos), Ultramano (para levantar objetos, acoplarlos y, así, construir máquinas) y Combinar (para fusionar el arma que tengamos a mano con elementos de la naturaleza como las rocas) que ofrecen nuevas formas de interactuar con el mundo y resolver acertijos.
La habilidad más comentada por la comunidad es la de Ultramano porque te permite construir máquinas como un bote, una lancha con motores y hasta un avión. Si obtienes los materiales necesarios y haces uso de tu creatividad puedes construir lo que sea.
Aunque se trata de una dinámica innovadora, no es necesariamente divertida. Construir cualquier artefacto es demorado y tedioso la mayor parte del tiempo porque los controles dificultan la tarea. Incluso armar un bote puede tomar entre 10 y 15 minutos.
Esta habilidad ha derivado en que Tears of the Kingdom se esté convirtiendo en una suerte de Minecraft: en las redes sociales abundan jugadores que presumen de su habilidad para construir máquinas geniales con tan solo los materiales provistos en diferentes puntos de Hyrule.
A lo largo del mapa encontramos santuarios que, digan lo digan, son muy similares a los que ya vimos en Breath of the Wild. Aunque algunos jugadores indican que son más divertidos y fáciles de completar, en mi opinión son la misma mona vestida de seda.
Otro añadido que agradecen los fanáticos de la saga son los jefes finales. Son más variados y sus mecánicas son más diversas. En ese sentido, el juego es, innegablemente, más atractivo que Breath of the Wild.
¿Problemas de rendimiento?
Desde la perspectiva gráfica, Tears of the Kingdom luce idéntico a su predecesor. Sigue ofreciendo paisajes de ensueño, pero el estilo ya no asombra como ocurrió con Breath of the Wild. Y aunque se trata de un título que debería fluir en Switch, parece ser que la lleva al límite de sus capacidades porque, de vez en cuando, verás algunos bajones súbitos de cuadros por segundo.
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No obstante, no se preocupen, no se trata de un título con frecuentes caídas en su rendimiento.
En cuanto a la musicalización, sigue siendo una banda sonora relajante y poco emotiva. No habrá ninguna composición que termines tarareando cada mañana mientras preparas el desayuno.
Lo que amo
- Ofrece un mapa enorme, mucho mayor al de Breath of the Wild.
- Los enemigos son más diversos y emocionantes.
- El tiempo pasa volando cuando estás jugando. Explorar es una grata experiencia.
- Es un juego relajante donde prima la libertad.
- Hay una mejor historia que en Breath of the Wild.
- El subsuelo es intrigante y fastuoso.
- Excelentes misiones secundarias.
- Las nuevas habilidades de Link redefinen la forma de superar los obstáculos.
Lo que odio
- Es un juego muy lento y abrumador por momentos.
- El concepto gráfico luce idéntico al utilizado en Breath of the Wild.
- La mecánica del juego se siente igual a la de Breath of the Wild.
- Construir puede resultar tan desesperante y tedioso como inspirador.
- Los controles entorpecen la construcción.
- Es un juego demasiado largo.
- Pasas demasiado tiempo recolectando recursos.
- La exploración a veces no trae recompensas acordes con el esfuerzo.
- Si no tienes paciencia, no es el mejor juego para ti.
