El sumergible Titan, que llevaba cinco ocupantes a bordo, desapareció cerca del lugar del naufragio del Titanic. OceanGate y la Guardia Costera de EE.UU. ya han declarado que los tripulantes murieron probablemente producto de una “implosión catastrófica”.
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El Titan se sumergió el domingo 18 de junio por la mañana, y su barco de apoyo perdió contacto con el sumergible aproximadamente una hora y 45 minutos después. El barco se informó como atrasado a unos 700 kilómetros al sur de St. John’s, Terranova.
El Titan fue lanzado desde un rompehielos contratado por OceanGate y anteriormente operado por la Guardia Costera Canadiense. Este barco ha transportado a decenas de personas y el sumergible al lugar del naufragio en el Atlántico Norte, donde el Titan ha realizado múltiples inmersiones, según el Chicago Suntimes.
La situación el 22 de junio
Actualmente, se encuentra en curso una crucial operación de búsqueda y rescate del Titan, con vehículos operados remotamente (ROVs) de varios países unidos a los esfuerzos de búsqueda. Estos ROVs son capaces de bucear en aguas profundas y están equipados con tecnología para ayudar a localizar el sumergible perdido.
La Guardia Costera afirmó que encontraron escombros en la zona donde debería estar el sumergible. Ya se confirmó que se trata de partes del vehículo marino.
Un amigo de dos de los hombres desaparecidos a bordo del sumergible confirmó que los escombros encontrados eran un marco de aterrizaje y una cubierta trasera del sumergible, información que recibió a través de un mensaje de WhatsApp en vivo en Sky News.
Esto confirmaría la teoría de que hubo una implosión. OceanGate y la Guardia Costera ya dan por hecho que todos los tripulantes murieron.
¿Qué pudo haber sucedido según los expertos?
La principal teoría afirma que existía una brecha en el casco del Titán. A esa profundidad, el hecho significó una muerte instantánea debido a la fuerte presión en el océano profundo. Una implosión es justo lo contrario a una explosión: la presión externa debió aplastar, de afuera hacia adentro, el vehículo marino. Fue en cuestión de segundos, por ese motivo se presume que los tripulantes fallecieron sin sufrimiento alguno.
¿Quiénes viajaban en el sumergible Titan?
Hamish Harding: Es el presidente de Action Aviation, una compañía que vende aviones a empresas de Fortune 100, corporaciones internacionales, jefes de estado y personas en las industrias de entretenimiento y deportes. Es conocido por sus hazañas como aventurero y tiene varios récords con el Guinness Book of World Records.
Shahzada Dawood y su hijo, Suleman Dawood: Shahzada Dawood, de 48 años, es el vicepresidente de Dawood Hercules, una empresa de inversión y holding con sede en Karachi, Pakistán. Es heredero de una de las mayores fortunas familiares de Pakistán. Suleman Dawood tiene 19 años y es fanático de la ciencia ficción, disfruta resolver cubos de Rubik y jugar al vóley.
Paul-Henri Nargeolet: Es un explorador de aguas profundas y experto en el Titanic conocido como ‘Mr. Titanic”. Comenzó su carrera en la Marina Francesa, donde se especializó en desminado, buceo e intervención submarina profunda. Posteriormente trabajó con el Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER) y dirigió inmersiones en el sitio del naufragio del Titanic. También ha trabajado con otras organizaciones y empresas a lo largo de su carrera.
Stockton Rush: Es el fundador de OceanGate, la empresa que opera el submarino. Antes de fundar OceanGate, Rush trabajó en varias empresas aeroespaciales y de tecnología. Recibió su licenciatura en ingeniería aeroespacial de la Universidad de Princeton.
¿Por qué implosionó el sumergible Titan?
El Titan está construido de titanio y fibra de carbono enlaminada por filamentos, con su escotilla atornillada desde el exterior. Esto significa que los ocupantes del sumergible no pueden abrir la escotilla desde dentro. En lugar de ello, un equipo en la superficie tendría que abrir la escotilla para permitir la salida de la tripulación. Esta es una característica de seguridad estándar en muchos sumergibles y submarinos para prevenir accidentes de inundación.
El sumergible fue en busca de los restos del Titanic, a casi 4 kilómetros de profundidad. Esta es una profundidad significativa y presenta una serie de desafíos técnicos y de seguridad. La presión en estas profundidades es extremadamente alta, lo que puede ser peligroso tanto para la maquinaria como para los ocupantes humanos.
“La Ley de Boyle, que establece que el volumen de un gas está inversamente relacionado con la presión, es relevante aquí. Esta ley implica que la presión del agua en las profundidades del océano tratará de comprimir cualquier espacio de aire, incluyendo los pulmones de los ocupantes y el interior del sumergible mismo. En este sentido, los ocupantes podrían seguir vivos siempre y cuando el casco del sumergible no se haya roto, ya que está diseñado para soportar la extrema presión del agua”, indicaba la divulgadora científica Mar Gómez el día previo a que se hallaran escombros del sumergible.
“Sin embargo, el peor escenario sería que el casco del Titán sufriera un fallo debido a la presión. Aunque está diseñado para soportar presiones de agua profundas, cualquier defecto en su forma o construcción podría comprometer su integridad y resultar en una implosión”, señalaba en su momento la experta.
¿Por qué ha sido tan difícil encontrar al Titan?
Algunas personas se han preguntado si no debería ser más sencillo encontrar el sumergible gracias a los sistemas de localización modernos. La situación no es tan sencilla.
En primera instancia, el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) es una herramienta fundamental en la localización de objetos o personas en la superficie terrestre, incluso en zonas remotas como desiertos o polos. Sin embargo, en las profundidades del océano, como en el caso del sumergible Titan, este sistema deja de ser útil.
El GPS funciona gracias a los satélites que emiten una señal en forma de onda electromagnética. Estas ondas se propagan en el vacío a una velocidad constante de 300,000 km/s, que es la velocidad de la luz. En el aire, la velocidad de propagación es similar debido a la poca diferencia entre ambos medios. Sin embargo, en el agua, la situación cambia drásticamente.
El agua, siendo aproximadamente 800 veces más densa que el aire, absorbe las ondas electromagnéticas que el GPS utiliza para funcionar. Además, una columna de agua de mar de 10 metros ejerce la misma presión que toda la capa de aire de 550 km por encima de ella, lo que impacta significativamente la propagación de estas ondas. Es por esto que, a medida que nos adentramos en las profundidades del océano, la oscuridad predomina y las señales GPS se pierden.
Para solucionar este problema se utiliza el sonar, un dispositivo que envía pulsos de ondas de sonido a través del agua. Cuando estos pulsos golpean objetos, se reflejan de vuelta a la superficie. El dispositivo mide el tiempo que tarda la onda de sonido en bajar, golpear un objeto y rebotar, permitiendo así determinar la ubicación del objeto.
Sin embargo, el sonar no está exento de desafíos. Puede detectar muchos otros sonidos en el mar que no necesariamente provienen del sumergible, lo que puede hacer más difícil la búsqueda del Titan en las profundidades del océano. Por tanto, aunque el sonar sea útil, la dificultad en la detección del sumergible radica en la necesidad de filtrar y analizar los sonidos recibidos para identificar de manera precisa la ubicación del Titan.
Es importante señalar que, aunque las señales GPS no se puedan usar en las profundidades del océano, son cruciales para dirigir los esfuerzos de búsqueda en la superficie y guiar a los ROVs hacia la ubicación estimada del sumergible.
Además, las condiciones meteorológicas en la zona han sido desafiantes. Las condiciones han sido de bajas presiones relativas, con nubes bajas y nieblas que han reducido la visibilidad. Esto, junto con las olas de entre 1,5 y 2 metros y los vientos del norte-noroeste de alrededor de 30-35 km/h, han complicado la operación.
1 comentario
Muy buen trabajo periodístico, Información muy completa, gracias,